Cómo articular el preescolar y la primaria con el juego y la alegría

Título: Cómo articular el preescolar y la primaria con el juego y la alegría

Introducción: El paso del preescolar a la primaria es un momento crucial en la vida de los niños y las niñas. Se enfrentan a un cambio de ambiente, de rutinas, de exigencias y de expectativas. ¿Cómo podemos facilitar esta transición y hacerla más amena y significativa para ellos y ellas? Una de las claves es mantener el juego y la alegría como elementos fundamentales del proceso educativo, tanto en el preescolar como en el primer grado de primaria. En este post te compartimos algunas ideas y estrategias para lograrlo.

Desarrollo:

• ¿Por qué es importante el juego y la alegría en la educación? El juego y la alegría son motores del aprendizaje, ya que estimulan la curiosidad, la creatividad, la imaginación, la expresión, la comunicación, la cooperación, la resolución de problemas, el pensamiento crítico y el desarrollo socioemocional de los niños y las niñas. Además, el juego y la alegría favorecen el bienestar, la autoestima, la motivación, el sentido de pertenencia y el vínculo afectivo con los demás. El juego y la alegría son derechos humanos que deben ser garantizados en todas las etapas de la vida, especialmente en la infancia.

• ¿Qué dificultades se presentan en la articulación del preescolar y la primaria? El preescolar está caracterizado por la lúdica y el juego, dirigido por profesoras preparadas para esa labor con la primera infancia¹. El grado primero maneja un modelo más rígido¹. Es como si se pensara que cuando el niño termina el preescolar y pasan los meses de vacaciones: ingresa a primero, y terminan el juego y la lúdica¹. Esta ruptura puede generar estrés, ansiedad, frustración, aburrimiento, desinterés y dificultades de adaptación en los niños y las niñas. Por eso, es necesario crear una continuidad pedagógica que respete el ritmo, las necesidades, los intereses y las potencialidades de cada uno.

• ¿Cómo articular el preescolar y la primaria con el juego y la alegría? Para lograr una articulación efectiva entre el preescolar y la primaria con el juego y la alegría se requiere de una coordinación entre los docentes de ambos niveles, una revisión de los planes de estudio, una adecuación de los espacios físicos, una participación activa de las familias y una valoración del protagonismo de los niños y las niñas. Algunas acciones concretas que se pueden implementar son:

  • Realizar visitas guiadas al nuevo espacio escolar antes del inicio del año lectivo, para que los niños y las niñas conozcan las instalaciones, los materiales, los docentes y los compañeros que les esperan.
  • Organizar actividades lúdicas conjuntas entre los grupos de preescolar y primer grado, para fomentar la interacción, la integración y el intercambio de experiencias.
  • Diseñar proyectos pedagógicos transversales que involucren diferentes áreas del conocimiento, que partan de los saberes previos y las preguntas de los niños y las niñas, que promuevan el aprendizaje por descubrimiento, la experimentación, la indagación, el juego y la creatividad.
  • Utilizar diferentes recursos didácticos que estimulen los sentidos, las emociones, las habilidades y las inteligencias múltiples de los niños y las niñas. Por ejemplo: cuentos, canciones, juegos, títeres, obras de teatro, manualidades, experimentos científicos, etc.
  • Crear ambientes acogedores, seguros, flexibles y atractivos para el aprendizaje. Por ejemplo: rincones temáticos, murales interactivos, bibliotecas vivas, huertos escolares, etc.
  • Establecer una comunicación constante con las familias para informarles sobre el proceso educativo de sus hijos e hijas, para invitarles a participar en actividades escolares o extraescolares y para brindarles orientación y apoyo.

Conclusión: El juego y la alegría son elementos esenciales para el desarrollo integral de los niños y las niñas. Por eso, debemos procurar que no se pierdan en el paso del preescolar a la primaria, sino que se mantengan y se potencien. De esta manera, contribuiremos a que los niños y las niñas vivan una transición positiva, feliz y enriquecedora, que les permita seguir creciendo como personas y como ciudadanos.

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